En la nota anterior, hablamos acerca de algunos de los desafíos y mitos más comunes que rodean a la lactancia materna, recordando que es un tema muy sensible para las mamás y que es sumamente importante contar con información precisa y verificada por profesionales, para no generar mayor ansiedad o preocupaciones.
En este nuevo artículo nuestra intención es seguir brindando información de valor con respecto a este tema, para responder la mayor cantidad de inquietudes y que puedas tomar las mejores decisiones, siempre respetando lo que tú como mamá quieras hacer y consideres mejor para tu bebé.
Las temidas “crisis de crecimiento” ¿Cómo sobrellevarlas?
Cuando hablamos de lactancia, un tema del que mucho se habla son las llamadas crisis (o brotes) de crecimiento.
Y es que, sin duda alguna, son una de las situaciones que más angustia genera en la mamá, al ser momentos donde el bebé “parece” no estar conforme con la producción de su leche materna.
Lo pensará porque se mostrará irritable, llorará al alimentarse, parecerá no saciarse, tensará su cuerpo, estará más inquieto y se distraerá con más facilidad.
Allí podrán aparecer los primeros comentarios: “Es que tu leche no lo llena” …
Pero… ¡Tenemos buenas noticias! ¡Es un comportamiento totalmente normal y, lo más importante: ¡PASAJERO! Así que calma mamá, que hay formas de manejarlo para hacerlo más llevadero y, tarde o temprano, pasará.
Estas crisis son normales y necesarias para aumentar la producción de leche. Confía en tu cuerpo y en todo lo maravilloso que está haciendo para alimentar a tu bebé.
¿Cuándo se producen las crisis o brote de crecimiento?
- Crisis a los 17-21 días
- Crisis a las 6-7 semanas
- Crisis a los 3 meses (la más intensa)
- Crisis al primer año
Todas son normales, pero hacemos énfasis en la del tercer mes porque suele ser la más notoria; en este momento el bebé ya se ha vuelto un experto en succionar y el cuerpo de mamá ya es capaz de regular la producción, sin embargo, se optimiza este proceso y la glándula mamaria fabrica la leche en el momento gracias al reflejo de eyección, por lo que no saldrá instantáneamente como antes, el bebé deberá esperar unos segundos.
Esto puede generar angustia en ambos: la mamá al notar sus pechos más blandos y tener la sensación de “producir menos leche” o incluso, dejar de producirla, y el bebé, al tener que esperar para comer y no tener su leche al instante, como ocurría con anterioridad.
Esta combinación puede ser fatal y desencadenar en la culminación de la lactancia, ante la angustia de mamá y el llanto del bebé, por eso es importante tener esta información en cuenta, no dejarse llevar por comentarios sin fundamentos y reconocer que la situación es absolutamente normal, pasarán unos días y todo volverá a la normalidad.
Confía en tu cuerpo y en que proporciona toda la leche que necesita tu bebé.
¿Qué podemos hacer en estas situaciones?
Sabemos que es difícil, pero es lo más importante: mucha, mucha paciencia. Recuerda que tu tranquilidad ayudará también al bebé. Ten presente que es una situación temporal y que pronto todo mejorará.
Te dejamos algunas recomendaciones adicionales:
- Ofrecer más tomas, siempre a libre demanda.
- Mucho contacto piel a piel.
- No ofrecer leche de fórmula por creer que sea necesaria.
- Buscar apoyo si es necesario. (asesora de lactancia o puericultora)
- Reserva un espacio tranquilo y sin distracciones para amamantar a tu bebé.
- Y, lo repetimos nuevamente, porque es clave: mucha, pero mucha paciencia.
Para finalizar este tema, reunimos algunas de las consultas más frecuentes que una mamá suele tener con respecto a la lactancia, para aclarar algunos puntos importantes:
¿Hasta cuándo puedo/debo amamantar a mi bebé?
Una pregunta muy frecuente, con una respuesta muy importante: Hasta que madre e hijo lo deseen. Cuando uno de los dos, o ambos, quieran parar, se debe respetar la decisión y destetar.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda lactancia exclusiva los primeros 6 meses de vida del niño y continuar con el amamantamiento junto con otros alimentos que complementen la alimentación hasta los 2 años o más.
Si mi bebé nació en una cesárea ¿será más difícil empezar con la lactancia?
La forma en la que nace tu bebé no afecta el inicio de la lactancia. Lo más importante, según datos de la UNICEF, es que puedas hacer piel con piel en la primera hora de vida y ofrecerle el pecho a libre demanda.
Si bien, una mamá recién operada puede sentirse más vulnerable para iniciar exitosamente la lactancia por los efectos de la anestesia y la recuperación de la cirugía, es posible lograrla con el apoyo del equipo médico, puericultoras y enfermeras que acompañen a mamá para garantizar un correcto agarre del bebé.
Al hacerlo, el recién nacido aprovechará todos los beneficios del calostro, la primera leche que produces, repleta de proteínas y con una alta densidad de nutrientes para tu bebé.
¿Cuánto tiempo debe durar cada toma? ¿Cómo sé si se está alimentando correctamente mi bebé?
La duración puede variar según cada bebé. No hay que limitar el tiempo de la toma, recuerda que es “a libre demanda”; se considera aceptable un tiempo de entre cinco y veinte minutos, pero debería finalizar cuando el bebé quede relajado y deje él espontáneamente el pecho de mamá.
Con respecto a cómo saber que se está alimentando correctamente, hay algunas señales claras, principalmente las siguientes: regularmente moja entre 6 a 8 pañales diarios, el color de su orina es claro, signo de una buena hidratación; hace ruido al tragar, el bebé se relaja e incluso se duerme tras la toma y finalmente, que en cada control mensual esté ganando un peso adecuado. Todas estas son señales de que tu bebé está tomando bien.
¿Es seguro amamantar y tomar medicamentos?
¡Depende del medicamento! Siempre es importante consultar con un médico especialista, previo a la toma, para saber si es compatible o no con la lactancia. Además, existe una página que recopiló mucha información al respecto y en donde solo debes colocar el nombre del medicamento que debes tomar, para conocer qué tan alto es el riesgo de tomarlo y si puede o no interferir con la lactancia.
Te la compartimos aquí para que la tengas a mano siempre que consideres necesario: https://www.e-lactancia.org/
¿Puedo amamantar a mi bebé si tengo pezones invertidos o planos?
La respuesta es sí. Pero en estos casos es ideal que puedas tener asesoría de una puericultora o especialista en lactancia que sepa guiarte para lograr un correcto agarre de tu bebé desde el momento uno, luego de su nacimiento.
Recuerda que, si tienes estas u otras dudas por resolver referidas a la lactancia, son dichas especialistas o puericultoras quienes deben guiarte, hay mucha información errada que puede llegar a interferir en la lactancia y generarte más preocupaciones o ansiedad.
No olvides además seguirnos en nuestras redes sociales @babysteps.cl_tienda donde compartimos permanentemente información de valor para acompañarte en esta aventura.
¡Disfrutemos cada paso de este inolvidable viaje con nuestros bebés!