Establecer rutinas de sueño puede ser un desafío abrumador, más aún en padres primerizos, sin embargo, existen estrategias muy prácticas que pueden ayudar a sobrellevar esta situación para así procurar un descanso efectivo, tanto para los padres como para el bebé.
La realidad es que, hasta aproximadamente los 4 meses de edad, los bebés no tienen ciclos regulares de sueño, pero podemos aprovechar este tiempo para ir fomentando rutinas saludables que le ayuden a entender con algunas pautas recurrentes que llegó la hora de dormir.
¿Si no duerme de día, dormirá más a la noche?
¡PRIMER ERROR! Guíate en cambio por sus necesidades de sueño.
Lo primero que debemos entender si deseamos que nuestro bebé duerma de forma regular, es que debemos respetar sus ventanas de sueño.
Dichas ventanas son el tiempo máximo que puede pasar despierto nuestro bebé sin llegar al sobre cansancio. En el caso de pasarlas, el cuerpo del bebé responderá segregando cortisol, la conocida como hormona del estrés, lo que hará que esté más irritable y sea más difícil dormirlo en la noche, cuando todos necesiten descansar.
¿Cómo saber cuánto tiempo máximo puede pasar despierto el bebé?
Te dejamos un cuadro orientativo con los tiempos aproximado:
EDAD | HORA |
0-3 MESES | 45/90 min |
3-6 MESES | 1.5/2hrs |
6-9 MESES | 2/3hrs |
9-12 MESES | 3/4hrs |
12-18 MESES | 4/5hrs |
18-24 MESES | 5/6hrs |
Hacer lo mismo, una y otra (y otra) vez.
Cuando se trata de establecer rutinas de sueño, la persistencia es la clave. Al hacer lo mismo todas las noches, en horarios similares, nuestro bebé entenderá que se acerca la hora de descansar. Crea una secuencia de actividades relajantes antes de acostar al bebé, como un baño tibio, cambiar el pañal, un masaje suave o leer un cuento. Todo esto le ayudará a familiarizarse con las actividades previas a su hora de dormir.
Crea un ambiente propicio para el sueño
Asegúrate de que el espacio donde descanse el bebé sea cómodo y seguro. Mantén la temperatura adecuada, vístelo según la temperatura de la habitación, sin abrigarlo más de lo necesario. También resultan de gran utilidad las cortinas opacas para bloquear la luz y lograr un ambiente tranquilo. Al hacerlo, estás creando un entorno propicio para un sueño reparador.
Evita sobre estímulos antes y durante la hora de dormir
Limita la exposición a luces fuertes y actividades estimulantes antes de acostar a tu bebé. La luz azul de las pantallas puede afectar su ritmo circadiano, dificultando el sueño reparador.
Cuando el bebé se despierte durante la noche, sé coherente en tus respuestas. Evita actividades estimulantes y mantén un tono suave y calmado. Esto le reforzará la idea de que la noche es para dormir y con el tiempo lo entenderá.
Monitorea el sueño y ajusta si resulta necesario
Cada bebé es único, y las necesidades de sueño pueden cambiar con el tiempo.
Monitorea el sueño de tu bebé y ajusta la rutina según las señales que te muestre en la cotidianidad. Si observas cambios en los patrones de sueño, adapta la rutina para satisfacer sus nuevas necesidades.
Quizás en un principio te resulte difícil, pero poco a poco irás conociendo a tu bebé y entendiendo lo que necesita para descansar de forma más recurrente y confortable.
La paciencia es la clave
Establecer rutinas de sueño en bebés es un proceso que requiere tiempo, dedicación y, sobre todo, paciencia.
Este proceso de ensayo y error requiere tiempo y persistencia para identificar lo que mejor funciona para tu bebé, brindándole un entorno de sueño más cómodo y tranquilo con el que paulatinamente, convivirá.
Sigue estas pautas y verás cómo, con el paso del tiempo, tu bebé y tú encontrarán descansar placenteramente, tanto en las siestas del día, como en las de la noche.